Un poder sobre todos los poderes
La voluntad, disciplina, constancia y suerte son los factores que atraen el triunfo, las tres primeras dependen de la «actitud» la suerte depende del conocimiento mágico.
Este se produce, al reconocer el «momento y el impulso» cuándo es oportuno actuar y cuándo se debe pausar.
El ciclo del ritmo de la vida está regido por las estaciones, fases lunares, energía mental, influencias, colores, aromas, sensaciones, eso forma la magia y de allí se desprende la semilla de la suerte.
Soledad
Al inicio se considera como un castigo o tragedia, pero, en el mundo mágico y de los negocios, la soledad es la mejor opción para obtener la suerte y mantenerla, algo al inicio complicado.
Es en este estado donde, sin la inferencia de las emociones, se logra planear el destino, al no tener la influencia externa, sugerencias, imposiciones, etc., se logran definir procesos claros, nace la videncia o clarividencia.
Al hacerlo se definen obstáculos, barreras, se crean planes secundarios para lograr un objetivo único. Es un sortilegio entre presagios y augurios.
Recuerde un objetivo único, si origina dos o más destinos, proyectos o metas, téngalo por seguro que no cumplirá ninguna, la suerte no se anidará.
Usted es un artista de su vida, pintor, escultor, arquitecto, diseñador, etc., no puede producir dos cuadros al tiempo, ni hacer dos maquetas.
En su soledad recrea y da forma, al tener esa claridad, la soledad se rompe e inicia el proceso constructivo o materialización, llevar al mundo físico su creación mental.
Suerte
Al tener todo en claro y antes de comenzar la obra material, se atrae la magia, mediante los rituales que imprimen esa energía en el proyecto, la fase de luna y la estación.
- ¿A qué huele su proyecto?
- ¿Cuál es el color de su idea?
- ¿Cuál es su sabor, dulce, agrio, ácido?
- ¿El destino que ha construido es claro, brillante, oscuro, denso?
- ¿Cuál es la naturaleza de su meta, animal, insecto, flor, arroyo, mar?
Normalmente, nunca se piensa en esto, eso es la magia de la suerte, unir todos los elementos que le darán vida a su creación, todo tiene una fragancia secreta, una forma. Eso es «animar» su obra, darle alma y cuerpo.
Sin el conocimiento mágico de la suerte, las cosas imaginadas y llevadas al plano material, no tienen alma, son vacías, sin color, ni olor, ni forma, nacen muertas.
Éxito
El éxito como tal no existe, el fracaso tampoco, pero son logros momentáneos de una extraña balanza, que se mece entre los dos extremos, la ausencia de la suerte anula ese movimiento rítmico.
La suerte mantiene el equilibrio, permitiendo que tanto el fracaso, como el éxito se armonicen en un movimiento perpetuo, el uno impulsa al otro.
Para comprender cómo funciona esto y llevarlo a la práctica, este libro en tan solo 21 días transformará su vida.
Solo para quienes escapan de las leyes limitantes e ingresan al mundo del dominio del poder sobre las leyes.